Viva México, cabrón!

Parece que fue ayer, pero ya hace treinta años que llegó Donald Trump a la Casa Blanca. ¡30 años!… o treinta meses… o lo que sea, porque lo importante no es el tiempo y sus circunstancias, si no la intensidad, y esa ha sido de 30 megatones de mierdorrea desparramada por todo el planeta… Suerte tenemos del bueno de Mariano, experto en salvar el Prestige de lo que sea, que después de darle unos cuantos pases le ha dicho “Yo seré su escudero por tierras del Imperio Español, que a tal Señor tal honor”. Y nos ha salvado de que nos clasifiquen de malosmásquemalos en Guasintón DF, así podrán seguir emigrando nuestros mejores cerebros a USA para servir buenos cafés y fregar platos con la gracia que los caracteriza.

Pero Mariano ha hecho mucho más que eso por la humanidad, le ha enseñado al Hombre Tupé las bondades de las siestas políticas de un año como la mejor manera de no empeorar las cosas. Y de lo fácil que resulta comprar la prensa libre y poner al más tonto de director y al más dicharachero de tertuliano, con la ayuda de los bancos, la iglesia y la monarquía. Eso hace que la izquierda se cueza en su propia salsa hasta caer rendidos a tus pies, y entonces los liquidas con unos acuerdillos de andar por casa y unos cargos de consejero en cualquier eléctrica…

El sapo se lo tragó Mariano cuando fue preguntado por la tribu Catalonia. “Ahí no sirven las siestas cortas –le respondió veloz– han de ser de cinco años al menos… y cada vez que un periodista le pregunte, ha de ponerse de espaldas al mar y repetir el mantra: ¡El mar no existe! ¡El mar no existe! ¡El mar no existe!”

elMaya . Post cops vist.